miércoles, 13 de marzo de 2019

Pablo Quevedo





Pablo Quevedo "La  Voz de Cristal"
Cantante
Nació el  21 enero 1908 en Unión de Reyes, Matanzas
Falleció el 10 de noviembre de 1936 en La Habana.


Un intérprete excepcional, Pablo Quevedo                             

 Por: Senén Suárez  Hernández
Corrían los años mediados de la década del treinta y en mmi   pueblo,   Manguito,   Matanzas,   todo   se   engalanaba como   todos   los   años,   para   disfrutar   los   festejos patronales. Estas actividades siempre culminaban con un gran   baile   en   la   sociedad   Liceo     y   a   tal   efecto   se contrataban algunas agrupaciones que habían logrado su fama a través del radio.En   esta   ocasión   tuvieron   la   suerte   de   conseguir   la actuación de la mas importante orquesta del momento,  la orquesta de Cheo Belén Puig.A   las   ocho   de   la   noche   llegó   de   una   forma   casi majestuosa la conocida charanga, tan pequeña, que todos cabían en un auto PACKARD de color negro que de inmediato descargaron sus instrumentos.Las parejas de enamorados, los niños y el pueblo en general, no se perdían un solo detallede lo que acontecía esa noche, sabían que estaban en presencia de algo que difícil mente olvidarían. Todos nos encontrábamos impresionados con la presencia de aquellos músicos completamente uniformados  con una disciplina y comportamiento intachable.A las 9 de la noche comenzó el gran baile, el liceo del pueblo  resultaba pequeño ante tal multitud exuberante y entusiasta.  En medio de su ensordecedora presencia comenzó la primera tanda de danzones de la famosa orquesta. Al fondo de la tarima se encontraba un joven delgado,  trigueño, de unos 25 años, de cara pálida y rostro algo entristecido,  sentado y con una bocina al lado.Este joven era ni más  ni menos que el cantante  más  famoso que existiera  en  aquellos momentos en Cuba:  Pablo Quevedo, nacido en Unión de Reyes el 6 de septiembre de1907.  Nuestra preocupación, y pienso que la de todos los asistentes, se concentraban en cómo íbamos a escuchar a aquel cantante que entre sus cualidades estaba la pequeñez de su voz.Mientras el baile continuaba junto al bullicio juvenil y la orquesta hacia gala del  dominio de nuestro baile nacional; el danzón.A la 11:30 aproximadamente  después de un tiempo de pausa de la agrupación  el joven del rostro pálido  tomó la bocina y se puso  de pie y avanzó hacia  el frente de  la orquesta tomando una silla para apoyar un pie.
A partir de ese momento los desmesurados sonidos del salón comenzaron a disminuir como por encanto. Los kioscos instalados en el terreno de basket ball detuvieron automáticamente su actividad y el público asistente comenzó lentamente a fluir hacia el salón de baile, el silencio absoluto nos dejó atónicos.Es así como comenzó a disiparse la preocupación que sentíamos todos los presentes parapoder escuchar la voz de aquel intérprete que con su talento vocal  había hipnotizado a casitodo un pueblo. El artista de pié, con una seriedad incongruente entre la alegría reinante, se mantuvo unos minutos silenciosos hasta que el director de la orquesta comenzó los acordes de “Campanitade Cristal” de Rafael Hernández,  “Lupina”, “El Cañaveral”, “La Manía de Mamaíta” y así boleros,   guajiras   y   sones   transcurrieron   en   un   recital   inolvidable,   que   los   presentes aplaudieron hasta el cansancio.Quevedo   no   tuvo   necesidad   de   usar   su   bocina   metálica,   nadie   bailó,     las   parejas   deenamorados y demás asistentes no se movieron de sus lugares.Sobre   la   una   y   media   de   la   madrugada   cuando   Pablo   terminó   su   actuación   con   unensordecedor   aplauso,   comenzó   la   espontánea   retirada   de   aquella   muchedumbre   que satisfecha y agradecida marchaban hacia sus hogares.El baile que estaba anunciado hasta las cuatro de la madrugada terminó justamente con la última actuación del divo.Años atrás un jovencito de Unión de Reyes hacía las delicias de sus coterráneos cantando canciones y boleros con su inesperada guitarra en todas las ocasiones presentadas. El que había nacido en 1907 marchó hacia la capital al arribar a los 20 años de edad, ocasión enque conoce a Panchito Carbó para formar un dúo sin mayores consecuencias. Después se incorpora a la Orquesta “Los Caciques” de Ciro Llerena y por último entró por la puerta grande en la Orquesta de Cheo Belén Puig resultando el cantante más famoso en Cuba apartir del año 1934.
No dejo grabaciones , ni en discos , ni en la radio .

OBRAS CANTADAS POR PABLO QUEVEDO :

 Sueño,  bolero Manolo Romero
 Idilio,  bolero Manolo Romero
 Reina  africana, Manolo Romero
 Corazón mío, Graciano Gómez
 Que tiene ella, Graciano Gómez
 Adiós, Graciano Gómez
 Naciste así, Graciano Gómez
 Te acuerdas, Graciano Gómez
 Alegre en el cañaveral, Julián Fiallo
 El prisionero, Julián Fiallo
 Campanitas de cristal, Rafael Hernández
 Un beso en el alma, José Figuerola
 Por eso yo te amo, Arturo Ojea
 Otra vez tu traición, Antonio Ojea
 Cuando ella se fue, Antonio Ojea
 Indecisión, Enrique González
 Eso es, Enrique González
 Mi alma llora, Armando Valdespí
 A una ingrata, Manuel Corona
 Tu conciencia, Manuel Corona
 Por ti u Obsesión  Pedro Flores
 Si yo pudiera hablarte, Julio Brito
 Promesa, Gelasio Deliz
 Gratos recuerdos, Pablo Quevedo
 Yo puedo olvidarte, Pablo Quevedo
 Sueño ideal, Pablo Quevedo.


 El 10 de noviembre de 1936 a la edad de 29 años fallece en La Habana, después de una penosa enfermedad, Pablo Quevedo, admirado y querido por el pueblo cubano, quién al no dejar grabada su voz en disco fonográfico privó a sus admiradores de continuar escuchando su melodiosa y afinada voz.Su entierro está enmarcado en la historia del arte en Cuba como uno de los más numerosos , según he podido leer en la prensa de la época.Es a partir de su muerte, donde terminaron los sueños y las esperanza de un joven cantor.La simpatía y el arraigo popular que disfrutó este cantante en los años de 1934 al 1936 notuvieron paralelo en la música popular cubana de aquellos tiempos.  Se puede decir que conun estilo parecido lo siguieron  los intérpretes: Juanito Garro, Jesús Díaz,  Alfredo Abascal y Mario Jiménez quién ocupó el puesto de Quevedo en la orquesta de Cheo Belén Puig, alefectuarse su deceso.

BIBLIOGRAFÍA
Orovio Helio, Diccionario  de la Música CubanaEditorial Letras Cubana. Ciudad de La Habana Cuba, 1981
AGRADECIMIENTO
Jesús Blanco Aguilar. Musicólogo e Investigador
Manuel Villar Fernández Musicógrafo e Investigador
Lic. Belinda de la Caridad Suárez
Roberto  García
Foto
Iconografía del Danzón Ezequiel Rodríguez

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