martes, 29 de mayo de 2018

Carlos Alas del Casino



Carlos Manuel Alas Rivero
Cantante y compositor
Nació  el 4 de noviembre de 1917 en Guanabacoa ,  La Habana .
Falleció el  6 de mayo de 1993 en Miami ,  E.U.
A muy corta edad con algunos familiares se trasladó a Cienfuegos .
A los 6 años de edad ya cantaba en "Fiesta Guajira " .De su amor por esa ciudad surgió su composición "Perla del Sur" ,  estrenada en 1943.
Se inició profesionalmente como cantante en 1943, en Radio Cadena Suaritos.
Acompañado por Mario Landa y Victor Llerena Tabranes graba su primer disco con una tonada campesina titulada "El carretero" y el tango "Mano a mano".
 Trabajó en plantas pequeñas, hasta que llegó a  R.H.C. Cadena Azul, donde actuó con Rita Maria  Rivero y Carlos D' Mar , en el recordado programa  " Un mensaje para ti"  .
 Se coloca en los primeros lugares musicales nacionales, y se le considera “La Revelación del Año”, en R.H.C. ( Cadena Azul) en 1944 , con seis programas radiales diarios en vivo, cantando guajiras, tangos y boleros.

Se mantuvo en los hits musicales durante varios años. Actuó en radio, teatros, cabarets, y en televisión a partir de 1950.
Cantó acompañado de las Orquestas Hermanos Castro , Cosmopolita y la de Alfredo Brito ,  el pianista Felo Bergaza o el  Trio Los Latinos.
Popularizó la guajira de salón , aunque grabó bolero  y tango.
Realizó con éxito giras por México, Puerto Rico, Colombia, Venezuela y Costa Rica. A partir de 1979 fija su residencia en Miami, donde problemas de salud le obligan a retirarse de los escenarios para dedicarse a su familia.




Basame más - Alfredo Brito
Con la orquesta de A. Brito.




Milagro de amor -  Carlos Gómez Barrera
Orq. A. Brito






Cuando estoy junto a ti -  A. Salinas y  José Pafumy
Orq. A. Brito



Pecadora - Agustín Lara
Orq. A. Brito






Ya no me acuerdo - Mario Fernández Porta
Orq. Hnos. Castro


Amar y vivir - Consuelo  Velázquez
Orq. Hnas Castro



Confidencia de amor - Genaro Lombida
Orq. Hnos. Castro


Miedo de ti - Isolina Carrillo
Orq. Hnos. Castro






Carlos Alas del Casino con el trío Latino del LP "Por los campos de Cuba"
Maype # 119 “Por los campos de Cuba” Con el trío Latino.
Madrigal guajiro (Cheo Martínez) guajira
Con mi penquito (Julio Brito) guajira
Amorosa guajira (Jorge González Allué) guajira
Atardecer (Humberto Suárez) guajira
Adiós mi amor (Carlos Alas del Casino) guajira.
Casilda (Osvaldo Farrés) bolero-guajira
Los penachos de las palmas (Celia Romero) guajira
Cosas guajiras (Radeúnda Lima) guajira
El amor de mi bohio (Julio Brito) bolero-guajira
Alborada (Celia Romero) guajira
Verdad compay (José Fernández Pérez) guajira-son
En el eco de mi voz (Carlos Alas del Casino) guajira





Sus composiciones :

"Adiós mi amor"

"En el eco de mi voz"

"Perla del Sur"

"Tú eres falsa"





domingo, 27 de mayo de 2018

Hómero Balboa




Hómero Balboa
Pianista y bajista
Nació el 20 de mayo de 1937 en La Habana.
Falleció el 15 de diciembre del 2017 Miami.

En 1957 el Conjunto Zombie , fue contratado para amenizar los bailables del cabaret Habana 1900 de Dan Sima, en Humboldt y Vedado, alternando con el grupo Godinez. Tuvierón que reducir el conjunto de siete músicos: dos trompetas (Osuna y Robertico), piano (Homero Balboa), bajo (Oscar Hernández), cantante (Jesús Navarro), tumbador (José Gutiérrez) y bongó y coro (Ángel Zamora).
Según contó Senén Suárez. : A finales de 1957, terminamos en Tropicana y decidí reducir el grupo a la mínima expresión con los siguientes músicos: Homero Balboa piano, el Flaco Nelson baterista y Franca contrabajo, más guitarra Senén Suárez, entonces comenzamos en el Cabaret Sans Soucí y llevamos como solista a Edelia Ferrer.
En 1958, comenzamos en el club Saint Jonhn´s. Como los trabajos en aquellas época eran de corta duración, en esta ocasión estábamos constituidos por Homero Balboa piano, Roberto Casas contrabajo, Laito Sureda voz y Senén Suárez guitarra.
En 1959, pasamos a trabajar en el club “La Red” situado en L y 19, en esta ocasión tuve los siguientes intérpretes esporádicos, Laito Sureda, Regino Tellechéa, Gerardo Portillo Scull, las cancioneras Isabelita Morgan, y Guadalupe Yoly (La Lupe).
En Miami tocó piano en Les Violins Supper Club , con Carlos Bonachea (bajo ), Gil Seville (vocal ), Aaron Martinez (trompeta), Gerardo Ravelo (saxo), Tony Palau (drums).
Tocó en el Conjunto Cristal .
También acompañó a Rodolfo Hoyos , Rafael Odio , Viola Ramírez , Orlando Contrera y otros .




Conjunto Zombie
En este 1957, fue contratado para amenizar los bailables del cabaret Habana 1900 de Dan Sima, en Humboldt y Vedado, alternando con el grupo Godinez. Tuvierón que reducir el conjunto de siete músicos: dos trompetas (Osuna y Robertico), piano (Homero Balboa), bajo (Oscar Hernández), cantante (Jesús Navarro), tumbador (José Gutiérrez) y bongó y coro (Ángel Zamora).




Con Senén Suárez y su Combo.


Hómero Balboa piano, "El Flaco" Nelson Padrón baterista y Roberto Casas contrabajo, Senén Suárez "El Zurdo" guitarra y Laito como cantante y maraquero


Jesús Caunedo en el saxo, "Negro" Vivar trompeta Lacho Rivero congas La Lupe cantando y Hómero Balboa al piano.


Hómero Balboa al piano , Bobby Leonard vocal y tumbadora ,  Max Factor drums .
En Club La Red en los  60's



Antonio García ( hermano de Luis García) piano , Aristides Pumariega drums y Hómero Balboa bajo.


En el Violins Supper Club, Miami
Hómero Balboa (piano), Carlos Bonachea (bajo), Gil Seville (vocal ), Aarón Martínez (trompeta), Gerardo Ravelo (saxo), Tony Palau (drums)


Fotos y fuente con la ayuda  :Angel Zamora , Tony Palau y Nelson Padron


sábado, 26 de mayo de 2018

Lydia de Rivera








Lydia de Rivera Lugo
Cantante soprano , pianista y  pedagoga.
Nació en 1906 en Cienfuegos.
Falleció en 1990 en New York , E.U.
Realizó sus estudios en el Conservatorio Vázquez de su ciudad natal; posteriormente se trasladó para La Habana, y de aquí a París, donde en su Conservatorio fue discípula de Madame Notté, con la que estudió armonía y piano.
Fue alumna de canto de Blanche Marchessi y Ángel de Trabadelo; se perfeccionó en la interpretación del lied con Durand- Fouquier. en Nueva York , perfeccionó sus estudios de canto y estudió repertorio operístico con Madame Pegée
El 19 de noviembre de 1929 se presentó acompañada por la Orquesta Lamoureux de París, suceso del cual dio cuenta Alejo Carpentier :
"Entre los artistas cubanos que han escapado a la ley de inercia que tanto daño hace a algunas de nuestra celebridades nacionales  ,  impidiéndole situarse en la categoría de valores universales se destaca, con acusado relieve, el nombre de Lydia de Rivera...No trazo estas líneas para movilizar la percusión de “bombos” que suele ponerse en juego entre nosotros, cuando llega el instante de elogiar a un artista de algún talento. La personalidad de Lydia de Rivera puede discutirse con más o menos simpatía o si se quiere, sin la menor simpatía, pero no puede negarse que ciertos éxitos recientes de su carrera de cantante merecen suscitar nuestros comentarios.
Tuvo una extraordinaria acogida en el público y la crítica de París, cuando ofreció, en primera audición, la Danza Negra de Amadeo Roldán y dos melodías inéditas de Reisserova, en los Conciertos Gaillard. La crítica que entonces obtuvo supera, por lo favorable, todos los juicios que podrían emitir un compatriota, necesariamente influido por lo que constituía un triunfo de dos cubanos en una agrupación sinfónica europea.
Este éxito, serio y positivo, indujo a Arnold Meckel, empresario de la de Argentina, a organizar un gran Concierto Lydia de Rivera con programa integrado solamente por canciones españolas e hispanoamericanas, que tuvo lugar en la Salle Gaveau, con el concurso de los compositores Joaquín Nin, Gustavo Durán y Alejandro García Caturla. Crítica inmejorable; público numeroso y entusiasta; tal fue el envidiable balance de esa audición, en que se escucharon por vez primera las lindas Canciones de Ledino de Durán, un Soneto de Turina, una obra de Nin, y los trepidantes y sabrosos poemas afro-cubanos (Marisabel y Juego Santo) de la cultura.
A pesar de su brillantez, este concierto sólo fue un puente que condujo a Lydia de Rivera hacia un éxito aún más concreto y decisivo: su aparición con la Orquesta Lamoureux, bajo la dirección ilustre de Albert Wolff. Esto resultaba una verdadera prueba. El público que concurre a una velada musical, atraído por la personalidad de un solista o la seriedad de un programa, suele mostrarse indulgente. Pero el público de las tres orquestas sinfónicas tradicionales de París - Lamoureux, Colonne y Pasdeloup - , que paga sus entradas para escuchar interpretaciones netas, y confía en que los directores elegirán solistas interesantes, adopta aptitudes implacables cuando se quiere hacerle aceptar manjares mediocres.
Al cantar para ese público, Lydia de Rivera, artista joven, de nombre exótico, se imponía una tarea peligrosa, cuyos resultados todos serían definitivos para su carrera
 Después de un Concierto de Haendel y del Antar de Rimsky (Kórsakov),antes de que vibraran los claros metales de una Sinfonía muy francesa de Paul de Flem, Lydia de Rivera interpretó cuatro canciones de Joaquín Turina, que se escuchaban por primera vez en Lutecia con acompañamiento de orquesta. Erguida ante la imponente falange de instrumentistas, teniendo por fondo las verticales augustas de un gran órgano, la cantante produjo las melodías españolas con garbo, plenitud y aplomo. Siete llamadas a escenas fueron el resultado de su labor. De espaldas al público Albert Wolff unía sus aplausos al de los oyentes.
Sobre las cualidades vocales de Lydia de Rivera en estos dos conciertos, expresó María Muñoz de Quevedo:
“Se oyen con frecuencia sobre el arte de Lydia de Rivera opiniones que se contradicen a sí mismas: unas dicen que no tiene voz (que canta muy bien pero que no tiene voz); otros dicen que no tiene timbre/ que canta admirablemente pero que no tiene timbre); las más opinan que tiene “algo”; y todas, sin excepción, convienen en que con estos “peros” Lydia de Rivera es una gran artista.
Con la compañía de Ernesto Lecuona actuó en el teatro Auditorium, interpretó Lola Cruz y María la O de Lecuona. En el teatro Martí, con la misma Compañía, cantó La duquesa del Bal Tabarín, de Leo Fall.
En 1940 fundó su propia compañía, que contó con el director de orquesta Manuel Peiro, con la que debutó en el teatro Principal de la Comedia el 5 de enero de 1940, en el que se escucharon El conde de Luxemburgo y La viuda alegre (con el cantante mexicano Jorge Negrete), de Franz Lehar, y El crimen del set, de Rafael Barros.
Lydia de Rivera, entre 1945 y 1956, de dedicó a la docencia, organizó coros a los cuales les enseñaba técnica vocal e interpretación del Folklore.



El  Conjunto Vocal  de : Lydia de Rivera  : Osiris , Chela , Julita , Nelia Salas , Xonia , Teresita , Magdalena y Macuqui fuerón sus integrantes originales según Bobby Collazo.
Pero en la foto hay 3 voces femeninas y 3 masculinas.

En 1960 se radicó en Estados Unidos.



Fuente : 

Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba: Editorial Letras Cubanas de Radamés Giro . Tomo 4. La Habana 2009

"La última noche que pase contigo", 40 años de farándula cubana, Bobby Collazo, Editorial Cubanacán, Puerto Rico 1987



martes, 22 de mayo de 2018

Samuel Téllez




Miguel Samuel Téllez
Pianista
Habia tocado en Orquesta Atenas y en la Jazz Band de Leonardo Timor .Con la orquesta de Leonardo Timor participa en 1963 en el primer Havana Jazz Festival , celebrado en el teatro Payret.
Tenia su Combo para tocar jazz y descarga con el cual grabó en los 60's.
También fue pianista acompañante de cantante , entre ellos Moraima Secada y  Elena Burke








LD Areito # 3147 "El Rey Téllez" 

Combo Samuel Téllez.
1 Los 400 golpes - D.R. 
2 This is feeling - Yáñez y Gómez 
3 Mambo sideral - Rosendo Ruiz Quevedo 
4 Herido de sombras - Pedro Vega
5 No mires para atrás - Meme Solís
6 A la noche -  Sergio Rivero
7 Aquí de pie - Fernando Mulens 
8 Lo que tú me haces - Orlando Alvarez
9 En nosotros - Tania Castellanos
10 Demasiado que pedir - Marta Valdés
11 Tu razón -Pablo  Reyes
12 Añorado encuentro - Piloto y Vera








Este disco se prensó dos veces en Cuba. La portada de la primera edición, en estuche de cartón grueso y titulada El Rey Téllez (EGREM LD-3147), representa las dos especialidades del gigante del piano que fue Samuel Téllez: el jazz y el feeling. Esta segunda edición (Areito LPA-1031), ilustrada con dos soberbias fotografías de Mario García Joya (Mayito) tomadas de noche, arroja más luz sobre las intenciones del “Rey” Téllez: no dejarse llevar por nadie y seguir siempre adelante pese a cualquier contrariedad. Tocar bajo la lluvia -como ocurre en la contraportada- puede revelarse peligroso en Cuba, sobre todo si se trata de un intenso aguacero y los temas son de corte imperialista. Pero a Téllez no le asusta nada, ha visto pasar mucha agua bajo el puente desde el principio de los años 50 cuando formaba parte de la modesta charanga Orquesta Atenas.

Aquí aparentemente todo es cubano pero en cada pieza discurre con mucho feeling lo mejor del jazz made in USA y la canción europea à la Michel Legrand. Téllez incluso se permite una reinterpretación de la banda sonora de Los 400 golpes, firmada por Jean Constantin. La película de François Truffaut inauguró la nouvelle vague, surgida de la lucha contra la censura intransigente y a favor de una mayor libertad de expresión.

Es un álbum delicioso y sin compromiso. El coche de la portada es un Volkswagen Escarabajo, símbolo de la "recuperación de la Alemania... del Oeste". Cubano sí, pero tampoco hay que pasarse. El rey manda.



Miguel Samuel Téllez - Dirección, Piano
Rafael Tortoló - Saxofón alto
William Molina -  trompeta 
Gilberto "Lumumba" Terry - Batería
Norberto Carrillo - Conga
Bobby - Coro
Oduardo - Coro
Rente - Coro



Fuentes :
Coleccion de Radio Gladys Palmera
Escribe : Tommy Meini

Fotos de Samuel : Tomadas del blogs    www.desmemoriados.com 
Rosa Marquetti

viernes, 18 de mayo de 2018

Reynaldo Fernández Pavón




Reynaldo Fernández Pavón
Compositor, cantante, poeta y escritor.
Nació en La Habana el 9 de febrero de 1951. Compositor de música contemporánea, clásica y popular, egresa de la Escuela Nacional de Artes con la generación profesoral de Frederic Smith y Leo Brouwer.
Obtuvo el Premio de Música 13 de Marzo de la Universidad de la Habana como compositor en1975. "Presagios".
En la cancionística cubana sus obras musicales llegan a finalistas en grandes concursos como el Festival Mundial de Moscú convocado por la OIRT con la canción " Te bastó que te amara" (1981) en la voz del tenor Miguel Ángel Céspedes y al Concurso de Música "Adolfo Guzmán" con la obra "Quiero más" (1984) de coautoría con Vicente Rojas y defendida por la solista Mirtha Medina.
Su obra "Mi dulce niña" interpretada magistralmente por Pablo Milanés.
Luego llegarían en riadas poéticas otras canciones reveladoras de su estilo: "Si Dios me diera un dia más", "De tus manos", "Una vez" , "Quiero" y tantas otras por La Charanga Habanera, Luis Téllez, Las Nuviola, Emilia Morales y otros.
Sus obras sinfónicas y de cámara han sido interpretadas por prestigiosas agrupaciones, tales como la Orquesta Sinfónica de Matanzas, la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, la Orquesta de Cámara de La Habana, la Orquesta de Cámara Brindis de Salas y la Orquesta Filarmónica de la República Federativa Rusa. En 1982-1983 recibe el Premio EGREM al Mejor Productor Musical de Cuba por su obra discográfica con el grupo Irakere y el Cuarteto de Jazz de Chucho Valdés.
Ha escrito música para documentales del Instituto Cubano del Arte y la  Industria Cinematográfica (ICAIC) y para seriales y documentales del Instituto Cubano de la Radio y la Televisión (ICRT). En 1996 compuso la música de la obra de teatro Cuentos Negros de Lydia Cabrera, estrenada en el Teatro del Repertorio Español de la Ciudad de Nueva York, obra que gana el Premio a la Mejor Producción Musical de 1997 otorgado por la Asociación de Críticos de Espectáculos (ACE) de New York City.
Reside en Philadelphia , Pa. , USA.








martes, 15 de mayo de 2018

El cuarteto vocal en Cuba o el canto vertical ( Por Tony Pinelli )

La costumbre de cantar a voces nos viene a los cubanos de la trova tradicional, a partir de las segundas voces, que de forma intuitiva - pues la mayoría de nuestros trovadores no poseían conocimientos técnicos musicales, aunque sí una notable intuición y sorprendente sensibilidad – escoltaban a la melodía de las diferentes creaciones musicales que pertenecen al maravilloso mundo trovadoresco.

Posteriormente, a partir de la obra de Don Miguel Matamoros con su trío y la influencia que ejerció como pionero desde 1925; el trío mexicano Los Panchos, innovadores en el ámbito latinoamericano que debuta en New York en 1948 y los tríos vocales armónicos posteriores, constituyeron una preciada joya en nuestro acervo cultural, pero a partir de la creación del Cuarteto Siboney, en 1940, por esa mujer excepcional que fue la profesora Isolina Carrillo, puede decirse que despega la imagen del cuarteto vocal, hasta volverse una de las entidades musicales más favorecidas por el gran público.

Al principio, influenciados por los cuartetos norteamericanos, este tipo de agrupación se usaba para reforzar como coro a grandes solistas, pero fueron adquiriendo protagonismo hasta llegar a ser figuras estelares por sí mismos y se fueron “cubanizando”, creando estilos y arreglos de categoría e interés.

Ya el maravilloso mundo de las 4 voces contaba con grupos que, a través de los años llegaban a Cuba e inspiraban a los músicos cubanos a consolidar un estilo propio. The Ink Spots, Golden Gates, The Hi Lo´s, The Four Freshmen y otras leyendas e incluso, ya en plena censura del jazz y la música norteamericana, siempre los “cuarteteros” cubanos lograban informarse sobre Manhattan Transfer, Singers Unlimited o Take Six.

Volviendo a la historia, el mencionado Cuarteto Siboney tenía un pianista llamado Facundo Rivero



 Y tras esa experiencia, funda su propio “Cuarteto de Facundo Rivero”, después Los Rivero, ya sin Facundo, pues conservaron el nombre del cuarteto por ser el apellido de “Ébano Rivero” junto a Julia Silvia Lombida, Elba Montaner y Jesús Varela “Leyté”



Estos cuartetos podrían considerarse como pioneros de una nueva imagen, pues a pesar de la existencia de cuartetos trovadorescos y otro tipo de agrupaciones, vienen a ser como un ejemplo del canto a cuatro voces, no intuitivas, sino producto de un arreglo confeccionado de forma técnica.


Ya a partir de este momento comienzan a proliferar cuartetos de gran significación en nuestra historia musical, como el “Cuarteto de Orlando de La Rosa”, creado en 1948 y al cual pertenecieron nombres ilustres, como Roberto Barceló, Aurelio Reinoso, Adalberto Del Río, la incomparable Elena Burke y Omara Portuondo; el cuarteto de Mario Fernández Porta, adonde perteneció Armando Bianchi, junto a Emma Royer, Emelina Díaz y Montes de Oca, además del cuarteto de Bobby Collazo, con Bobby Carcassés, Armando Guerra, y Reinaldo, que fuera posteriormente integrante de Los Bucaneros.



En 1948 el maestro Felipe Dulzaides funda los Llópiz – Dulzaides, con su primo Javier Dulzaides y los  Llópiz, posteriormente los Llópiz o “Llopis”, como aparecen en la portada de algunos de sus discos, prosiguieron carrera en México. En 1950, el maestro Carlos Faxas crea el “Cuarteto Los Faxas” de gran aceptación popular, con César Más, Orlando Noriega, Orlando Morales Gilberto Aldanás, posteriormente integrante de Los Modernistas, mientras el cuarteto Los Ruffino, agrupación familiar de Mercedes Villaverde e Ignacio Ruffino con sus hijos Carlos y Julie, dejaban constancia de sus éxitos en cine y discos de la época. Pero en 1952 ocurre un hecho digno de destacar, que fue el debut en el programa de TV “El Show del Mediodía” de “Las D`Aida” cuarteto dirigido por Aida Diestro e integrado por las hermanas Omara y Haydee Portuondo, Moraima Secada y Elena Burke, que constituyeron una verdadera revolución en ese tipo de formato y la música cubana en general.

A partir de finales de los 50 y principios de los 60 eran habituales en los escenarios de todo el país, cuartetos como “Los Bucaneros”, bajo la dirección del talentoso Roberto Marín, con Charles, Rafael y Bebo, por el que pasaron talentosos cantantes a lo largo de su existencia.

En la foto de Voces Latinas : Nina ( Isela Acosta ) , Alberto Pujols Parlá , Eloy Orta Hernández y Juan Pablo Celedonio Pérez 
 


“Voces Latinas” con Alberto Pujol en la dirección, Raúl Acosta y después Nina, hermana de Raúl y esposa de Alberto, Germán Piniella y Franco Laganá; Los Meme, del compositor José Manuel Solís, que llegaron a estar entre los artistas más populares de su época, conformados por Meme Solís, Wilfredo Riquelme (posteriormente miembro de Voces Latinas), Ernesto Martin y la que fuera una de las más importantes solistas de su época, Moraima Secada, cambiando integrantes, entre ellos el excelente contratenor Raúl Acosta y el magnífico bajo Bobby Jiménez, hasta llegar a su integración más popular, de Meme, Farah María, Miguel Ángel Piña (que había sido integrante de Los Century, cuarteto de Santiago de Cuba) y Héctor Téllez, que había sido integrante de tríos vocales, entre ellos, Voces de Oro.


Los D´Enrique, que fueron  primero un cuarteto femenino en sus inicios hasta que pasó a ser un cuarteto mixto con Cary Fernández, Mirta y Miguelito Sotolongo, y Albertico Morgan, después Manolito, una línea interesante del cuarteto .





Los Orta , que eran dos hermanos, Eloy , Eladio,  Emilio y Eliseo .También paso René Ruiz por ese cuarteto.




 Las Hermanas Valdivia, también una agrupación de hermanas.



Los Modernistas, bajo la dirección musical del maestro Fernando Mulens, con Gilberto Aldanás, Eugenio Fernández ,  Yolanda Brito, que estuvo menos de un año para darle paso a la excelente Lourdes Torres, fallecida en este 2017 y el inolvidable e insustituible Miguelito de la Uz, para mí “San Miguel de los Cuartetos” como le decía por su magnífica labor y espíritu incansable a favor de este tipo de agrupación.


A finales de 1962, bajo la tutela inicial de Néstor Milí debutan “Los Zafiros”, integrados por el contratenor Ignacio Elejalde, poseedor de una de las voces más bellas del gremio y excelente cantante, Eduardo “El Chino” Hernández, Miguelito Cancio y Leoncio “Kike” Morúa; aparecieron con Néstor Milí a la guitarra, después Oscar Aguirre como acompañante y compositor de algunos de sus temas, hasta que llegó Manuel Galbán, excelente guitarrista y arreglista que redondeó de manera definitiva el timbre del grupo, que fue un caso excepcional de ascensión vertiginosa a los primeros planos de popularidad del país en ese entonces.



Foto Los Zafiros : Ignacio Elejalde  ,  Eduardo “El Chino” Hernández , Miguelito Cancio y Leoncio “Kike” Morúa; a la guitarra,  Oscar Aguirre 


Los Zafiros continúan hoy día con Jorge Echevarría, vocalista y director, Ramón Espinosa, Mario Pérez, Farell Dorado y José Núñez en la guitarra, que mantienen con dignidad esta hermosa tradición de cuatro voces y un nombre emblemático en el mundo de los cuartetos.




Ya en el año 62 “El Cuarteto del Rey” con Eliseo, Severino, Félix y el inmenso Pablo Milanés aparecen en escena, bajo la dirección musical de un hombre excepcional que después fuera director y repertorista del Cuarteto Los Cañas: El inigualable declamador Luís Carbonell a quien es imposible dejar de mencionar cuando de cuartetos se trata, por estar vinculado profundamente a casi todas las agrupaciones de este quehacer, además de su prestigio en otros campos. Luís ha sido maestro, arreglista, repertorista de una cantidad inmensa de cuartetos que han ido a buscar sus consejos y maestría no sólo en el ámbito musical, donde exhibe impresionantes logros como montar piezas clásicas para piano a voces con cantantes que no sabían leer música, o el disco a dos, tres y cuatro voces con Esther Borja y Medardo Montero como grabador, hazaña tecnológica y alarde de talento para su época, calificado como “El disco del Siglo XX en Cuba” sino en la ética, el amor a la profesión y el sentido profesional de prestigio que marcó su carrera.


En 1966, la aparición de Los Cañas, con René Mateos, Iván Cañas - lo sustituyó Ricardo González Domínguez - Paquito González - después Ramón Adriano - y Tony Pinelli, junto a Los Dimos, con Adolfo Costales, Jesús del Valle, Eddy Martínez y Daniel García, y Tema IV, con Carlos Alfonso, Ele Valdés, Silvia Acea y Eliseo Pino - génesis del interesante grupo Síntesis - que incluyen de cierta forma, elementos contrapuntísticos, auto acompañamiento y una línea de experimentación armónica - musical, (que ya existía, pero lograron imponer en sus estilos un sello muy personal), fue una innovación que se enmarcó en la irrupción en el mundo musical cubano de lo que después se denominó como “Nueva Trova”. Este quehacer tomó bríos y desarrolló lo que podría considerarse hoy como un excelente trabajo vocal, aunque lamentablemente quedó poco material de lo realizado por aquellos años.
La terrible costumbre de poner “cuadros de confianza” en trabajos especializados se fue imponiendo en los medios de difusión en Cuba y personas extremistas, sin sensibilidad alguna, fueron eliminando la costumbre de los kinescopios, que era habitual, es decir, guardar la filmación de los programas emitidos y para colmo de males, cuando se hizo el cambio de tecnología de videos cinta abierta a cassettes y posteriormente de Umatic a Betacam, “dirigentes de turno”, no se preocuparon por preservar la historia cultural contenida en esos cassettes, que se podían haber transferido de un sistema a otro y simplemente los botaron o los mandaron a quemar, aunque parezca increíble.

Esa “nueva ola” como la denominaba Miguel de la Uz, incluyó grupos más numerosos que realizaron trabajos vocales interesantes, como Manguaré, Mayohuacán, Muralla, Nuestra América y otros como el Cuarteto “Arenas Blancas” de Colón, Matanzas, el primero en montar un rezo yoruba a cuatro voces, con una concepción moderna, que lamentablemente no dejó grabaciones profesionales de aquella época, hasta donde sepamos, aunque el grupo, renovado, existe todavía.

Claro está que siguieron surgiendo cuartetos que mantuvieron el estilo de trabajar con orquesta e incluso la vestimenta similar y todas las tradiciones “cuarteteras”, que no estaban fuera de moda ni mucho menos; Los Prismas en 1966 con Armando Larrinaga, Alexander Domínguez, Vicky Salas y Luis Céspedes,


Los Brito (1967) con Los hermanos Julio y Alfredo, la esposa de éste, Mercy, El Nene que había sido integrante de otro cuarteto: Los Ayala y que su temprano fallecimiento consternó a todos, sustituido por Abelardo Cordero.

Voces del Trópico debuta también en la segunda mitad de los 60, fundado por Osvaldo Rodríguez y fue el punto de partida para la creación de Los 5-U4, grupo de pop rock que alcanzó gran popularidad. Los Heraldos Negros, se crean bajo la dirección musical de Martín Rojas en sus inicios con Rafael de Hombre, voz prima; Jorgito, que venía del excelente trío Los Cancilleres, como 2da voz; Raúl Vázquez, excelente arreglista y posterior director y arreglista del cuarteto y Octavio García, quien también provenía de los tríos.

Ya en la década de los 70, comienza a languidecer la presencia del cuarteto vocal en los espectáculos donde eran habituales, y comenzaron a desaparecer, aunque todavía duraron varios años, con representantes como Los Akra, compuesto por Rafael Peñalver, Raúl Montalvo, Aurelio Gómez y Julio Rodríguez y que aún se mantienen vigentes con el propio Rafael Peñalver, Aymeé Céspedes y Carmen Margarita de la Cruz.

Los Cuatro, que comenzaron con Meme Solís como arreglista y continúan trabajando; el cuarteto Génesis, Tesis que fue la unión de René Mateos y Ramón Adriano de Los Cañas, con Hermes y Adita, de Yo, Tú, El y Ella; Proposición 4 y varios más, en los que destaca de manera muy especial Gema IV, ya en los 90 cuando su aparición fue como una especie de regalo al mundo del trabajo vocal.

La desaparición del Cuarteto Vocal se fue produciendo paulatinamente, cuando fue languideciendo la producción de grandes espectáculos que se presentaban de forma habitual en La Habana y el interior del país. No hay que olvidar que cuando viene la asociación con empresas turísticas extranjeras, sobre todo las españolas, lejos de la fastuosidad hotelera norteamericana, que era la influencia en la Cuba de antaño, éstas imponen sus costumbres y su know how y así, los gloriosos cabarets de los grandes hoteles fueron desapareciendo, excepto Tropicana, ya toda una tradición - y Parisién del Hotel Nacional, aunque después se recuperaron algunos, como el Copa Room del Havana Riviera, pero no es ni su sombra.

Estos centros nocturnos eran el escenario habitual de los cuartetos, sobre todo los que mantenían la línea de coreografías, vestuarios, acompañamiento orquestal y otros detalles, que podríamos llamar tradicionales, que se fueron quedando sin trabajo, aunque no desamparados, porque las empresas artísticas los programaban, pero ya sin brillo. Incluso los de formato más novedoso y auto acompañamiento, que fueron los de mayor acceso a los medios masivos y al mercado internacional, no trascendieron lo suficiente por el cambio de tecnología audiovisual y la falta de rigor y previsión de los organismos de difusión masiva, a que nos referimos anteriormente.

Incluso en la EGREM, que es la salvaguarda del sonido nacional, gracias a sus ricos archivos históricos y el inmenso trabajo que ha realizado en todos estos años, no existen en archivo, (al menos organizadamente, aunque puede haber más) una cifra superior a una veintena de cuartetos, aunque en la época de oro existieron más de 80. Por supuesto, hay que considerar que en esa época no era nada fácil grabar un disco en un país con tanta buena música y un solo estudio de grabación, además del ICRT, que fue bueno en una época, pero lo destrozaron con el descuido y la falta de dominio sobre el tema.

Desgraciadamente el salto de calidad con estudios en varias provincias y la revolución tecnológica en las grabaciones computarizadas, nos llega después de pasado el furor de los cuartetos, aunque el testimonio que existe nos deja ver un nutrido grupo de agrupaciones de buena calidad – unas más, otras menos- con líneas de trabajo interesantes divididas en dos grandes grupos: Por una parte los cuartetos vocales que montaban un repertorio con arreglos de alta complejidad, buscando un carácter innovador, partiendo de “lo difícil” como concepto artístico y por otra cuartetos que cantaban a cuatro voces por ser el formato aceptado como moda para buscar un hit que los pusiera en la preferencia del público con arreglos no tan complejos.

Ahora bien, a pesar de que es fácilmente comprobable la existencia de estas dos líneas fundamentales, se incursionaba en uno y otro propósito, porque por lo general todos los cuartetos que se presentaban en los escenarios profesionales, tenían piezas musicales de alta elaboración y también otras más “ligeras”, según el escenario o repertorio que exigía el espectáculo donde se presentaban.

Esto es acentuando la disciplina que debe seguir el artista cuando actúa en un entorno y sobre todo en los llamados shows de cabarets, es decir los que seguían un guion o libreto, las canciones tenían que servir al espíritu de ese libreto, lo que se hacía en pro del espectáculo, pero sin hacer concesiones que lesionaran el prestigio y la línea del grupo, aunque a veces ocurrió así, con la bronca subsiguiente.

Cuando se mira y se escucha este testimonio de la existencia de excelentes grupos vocales, cabe preguntarse: ¿Por qué si había tantos buenos cuartetos, hoy en día es tan difícil verlos? Esta pregunta podría tener más de una respuesta, pero sí es importante señalar que la pérdida del testimonio de la mayoría de estos cuartetos a que nos referimos con el cambio de tecnología, más los problemas presupuestarios, más la ausencia de grandes producciones en cabarets ha contribuido a que el cuarteto desaparezca y con él la influencia sobre nuevas generaciones.

Hoy en día el cuarteto vocal es casi una rara avis, aunque hay algunos que se mantienen a base de perseverancia y otros que han surgido y mantienen la presencia del trabajo vocal en la música popular. Cuartetos como Tiempo, del otrora miembro de Los Cañas y Los Modernistas Ricardo González, Alter Ego, Sexto Sentido, Vocal Universo, de Pinar del Río, Alma de Holguín, Vocal Zambá, Quinteto Voces, un nuevo Voces Latinas, Vocal Divas, de Santiago de Cuba, Voces Negras, Café Amargo, Fusión y otros que prácticamente han escogido esta manera de hacer para su carrera artística.

Hay grupos vocales en otros estilos, como el exitoso Sampling y los que siguieron la línea de sonidos onomatopéyicos como instrumentos, estilo que consiguió éxito, pero la falta de inversión y promoción, han hecho decaer el interés de muchos jóvenes músicos, que optan por formatos, géneros y estilos más rentables.

Quedan pocos recuerdos de los cuartetos, aunque muchos de sus integrantes lograron reunirse una vez al año gracias a la iniciativa, esfuerzo y perseverancia de Miguelito de la Uz que desde 1999, sin ayuda ni presupuesto, sólo en base a relaciones y buena voluntad, junto a su esposa Lourdes Torres y la ayuda de otros miembros de cuartetos, que tocando de puerta en puerta, lograron hacer estos conmovedores encuentros anuales, entre miembros actuales y retirados de cuartetos e incluso Miguelito logró que la Productora de audiovisuales de la UNEAC hiciera un documental con la dirección de Tony Lechuga, que constituye uno de los pocos documentos que existen de la rica historia de los cuartetos vocales cubanos.

Después de fallecido Miguel, los encuentros decayeron y actualmente no se celebran.

Hay cuartetos, todavía existen, algunos con años de trabajo, otros nuevos. Lo que no hay es difusión ni promoción para los nuevos valores, debido al consenso del mercado que dicta la moda musical y la falta de inversión para tratar de imponer en el mercado una entidad artística, como el cuarteto vocal u otras de más elevado espíritu, que puedan paliar la innegable decadencia de la cultura en la expresión musical, demostrada en la preferencia del gran público por expresiones simples, con textos inocuos e incluso groseros, que ayuden a entretenerse y escapar de una realidad agobiante y la vida apresurada.

Hay un viejo dicho que reza: “Si al público no le dan lo que le gusta, termina por gustarle lo que le dan”, ojalá que haya promotores que logren interesar al segmento de mercado creciente, con sed de este tipo de expresiones musicales a la “gente joven, que pide peso a la prosa y condición al verso” como decía el gran poeta mambí José Joaquín Palma.

Mientras, aquellos con alma sensible y sed de calidad cultural, deberán buscar su reducto “para el alma divertir”.




lunes, 14 de mayo de 2018

Francisco Formell Madariaga







Fancisco de Asís Justiniano Formell Madariaga 
Compositor , director de orquesta y pianista.
Nació el 5 de octubre de 1904 en Santiago de Cuba .
Falleció el 14 de octubre de 1964 en La Habana.
A los 11 años tocaba la flauta y en 1919 ingresó en la Banda Militar de la provincia de Oriente. 
En 1921 se trasladó para La Habana, donde estudió piano y armonía con Fernando Carnicer, luego ingresó en el Conservatorio Municipal de La Habana (hoy Amadeo Roldán) como discípulo de armonía, contrapunto y composición de José Ardévol, y formó parte del Grupo de Renovación Musical.
En Santiago de Cuba dirigió varias orquestas y escribió canciones para el teatro. En 1933 pasó a dirigir la Banda Municipal de Santiago de Cuba, cargo al que renunció al año siguiente para regresar a La Habana, y aquí se instaló definitivamente. 
Trabajó en diversas compañías de teatro, para las que escribió obras de distintos géneros, realizó orquestaciones y tuvo a su cargo la dirección musical. En la década del cuarenta trabajó como periodista en distintas publicaciones especializadas del mundo cultural de la época.
Compositor de : Paratrópico , María Eugenia, Yo le canto a la tierra, La bandera más linda del mundo , El esponjero y otras.




Foto y fuentes : Archivos de la familia.


  

Paratrópico - Conjunto Niagara