Angel Zamora
Cantante , percusionista y director .
Comencé como músico en el año 1945 con el conjunto New York, que dirigía Alberto González (director, bajista, cantante y compositor). Le decían Superman ya que compuso una guaracha que el coro decía “Píntame de colores, pa’ que me llamen Superman”. Dicho número y otros más se lo grabó el conjunto Casino con sus cantantes Faz, Ribot, y Espí. En esos días fuimos al sindicato de músicos, Unión Sindical de Músicos de Cuba, en San José 516, La Habana, siendo mi número el 1252, de junio 16 de 1948, siendo ese carnet como nuevo, ya que el primero de 1945, me lo sacaron del bolsillo en una guagua .
Estuve poco tiempo en ese conjunto, ya que la idea era formar el mío propio, pues ya en 1950 junto a José Felipe Gutiérrez Ruiz (Pepito), hijo de uno de los barberos (estilista) más populares de nuestra barriada de Jesús del Monte; nos dimos la tarea de conseguir músicos para lo que pretendíamos. Él (Pepito), había estado con el conjunto de Rolando Scott (anterior pianista del conjunto Casablanca de Ernesto García) y así comenzamos.
En 1950 ayudé a formar una orquesta versátil con mis músicos que cantaban y tocaban más de un instrumento (como los canales y los churumbeles de España), ya que había llegado de España una amiga de mi madrina y prima Estrella González, profesora de piano, solfeo y canto, con su conservatorio en su propia casa, en la calle Delicias en Jesús del Monte.
Dicha amiga, Regina Valero, pianista, acordeonista, compositora, cantante, arreglista y directora; su esposo: Ángel Negro (de apellido), también español (cantante de la música cómica). Pues formé dicha agrupación con Sergio Álvarez (pianista), Emilio Galup (contrabajo), Rodolfo Suero (trompeta), José Arón (trompeta y violín), José Luis Calvet (primer saxo alto y clarinete), Manuel Martínez (tercer saxo alto y violín), A. Mezorana (segundo saxo tenor), Abelardo Rodríguez (hijo de mi madrina Estrella – cantante), Balbino “Tino” García (batería – drums) y yo Ángel Zamora (tumbadora, güiro, maracas, etc).
Solamente amenizamos una sola fiesta, el 16 de noviembre de ese año (mi cumpleaños y conmemoración de Cristóbal Colón) en la Manzana de Gómez en ciudad de La Habana. Después Ángel, el esposo de Regina, disolvió la orquesta por celos con el empresario.
Ya yo me dije: “Si esa va a ser mi carrera, pues continuarla”, y antes del 31 de diciembre de 1951, Pepito Gutiérrez y yo nos dimos la tarea de conseguir músicos que nos hacían falta para empezar.
Ya antes de nacer nuestra primera hija María Elena, el viernes 5 de enero de 1952, un día antes del día de reyes, siendo ella el primer gran regalo que nuestra Nila, mi gran amor, mi novia de toda la vida, nos dio a toda nuestra familia; ese mismo día yo había citado a ensayo a los primeros integrantes de nuestro conjunto, ya que antes que terminara ese 1951, tuvimos cambios de impresiones con los que después serían los fundadores de nuestro grupo musical; entre los que estábamos José Gutiérrez (tumbador), René Oliva (trompeta): hijo de un gran trompetista del mismo nombre, profesor de dicho instrumento, fundador de la orquesta Havana Casino, con la que se filmó la primera película cubana “El romance del Palmar” con Rita Montaner, Alicia Rico, Carlos Badías, Federico Piñero, María de los Ángeles Santana, Julito Díaz y realizada en el año 1938 y dirigida por Ramón Peón. En dicha película el padre de René (René Oliva, padre) aparece en una escena haciendo un solo de trompeta o inspirando en el pregón “El Manicero” de Moisés Simón (me extendí, creo que valió la pena). El otro trompeta fundador: Gastón Delfín, procedente de la banda de música de Instituto Edison, de la Víbora, en La Habana, y fue el que propuso el nombre como el conjunto Zombie, alegando que hacía poco habían cerrado un cabaret con ese nombre en la calle Zulueta en La Habana, por un problema con el hermano del dueño y que a lo mejor lo reabrían y por tener nuestro conjunto el mismo nombre del cabaret podíamos ser contratados, más no fue así. Dicho cabaret no reabrió sus puertas y nosotros ya habíamos inscrito nuestro conjunto con ese nombre (Zombie)en nuestro sindicato de músicos, San José 516, La Habana.
Cabe destacar que nuestro primer pianista y director musical y compositor arreglista, fue Manuel Albo, que poco tiempo después, antes de marcharse de Cuba, formó su propio grupo, pero seguíamos manteniendo una cordial amistad.
Continuando con nuestros fundadores :
El guitarrista y voz segunda en el coro fue Juan Rodríguez Peña, primo de nuestro tumbador y delegado (una gran mano derecha), Pepe Gutiérrez, pero tuvo que dejarnos, pues se casó y la esposa no quiso que él siguiera con nuestra música, pues él trabajaba tocando laúd de día en programas campesinos. Nosotros lo sustituimos por otro cantante solista o voz prima reforzando los coros. Ya en el conjunto Casino había hecho lo mismo, al irse para formar su propio conjunto, Agustín Ribot, que fue sustituido por Orlando Vallejo.
Nuestro primer cantante fundador fue Manolo León, voz muy bien timbrada, muy parecida a la de nuestro inolvidable y gran amigo Nelo Sosa. Pero Manolito, como le decíamos a Manolo León, prefirió quedarse en su natal Jaruco y sus alrededores con una orquesta de Hershey dirigida por un hijo del gran pitcher (gloria de cuba) y de la pelota internacional, Pedro “Natilla” Jiménez.
Manolito León fue sustituido por Armando Fernández de Guanabacoa (calle Cruz Verde 64). Él estuvo bastante tiempo con nuestro grupo, pero un buen día y en un ensayo me dijo que se iba del grupo para el conjunto los Guaracheros de Guanabacoa, y le dije: “Pues que te vaya bien”. Él se fue de dicho grupo para formar su grupo propio y no me acuerdo si fue una o más de una, que le conseguí fiesta. Ya después al fallecer mi amigo Roberto Faz, lo recomendaron a ese grupo, ya que el timbre de su voz es muy parecido al de Faz y así se mantuvo mucho tiempo.
No nos fue muy difícil conseguir el sustito de Armandito Fernández. Nos enteramos de que un conjunto de Santiago de las Vegas (cerca de La Habana), se disolvió, se llamaba Casino Juvenil y su voz principal era Israel García. Pues nuestro delegado y yo fuimos a verlo y esa misma semana comenzó Israel con nosotros y aunque él estudiaba en la universidad para maestro agrícola, siempre tenía un suplente que casi siempre era Esteban Molina, que había estado con él en el conjunto de Santiago de las Vegas. Israel García se mantuvo en nuestro conjunto hasta el final.
Israel García lo mismo estaba en Santiago de las Vegas que en Placetas (las Villas) en estudios universitarios. En cierta ocasión me llama Roberto Faz a la oficina donde yo trabajaba, Unión de Comerciantes e Industriales, compañías de seguros en general, empleo que me consiguió Pedro Balsameda en 1954, donde él trabajaba, pues él era el bajista de nuestro conjunto Zombie. Las llamadas para contratarnos me las hacían allí, y Faz quería que le prestara a Israel, ya que Rolito, su voz prima en el coro estaba enfermo. Yo le dije que Israel estaba en Placeta, con examen de su carrera y no sé a quién consiguió.
Por nuestro guitarrista y fundador Juanito Rodríguez Peña, entró en nuestro conjunto Ángel Junco y entre los dos, Armandito y él, se repartió el repertorio de igual por igual. A Ángel Junco hubo que separarlo del grupo por indisciplina, pero se le dio una nueva oportunidad; pero después de irse del cabaret Sierra, Pepe García (Chamaco), cantante bien popular, para emigrar debía dejar en su lugar en dicho cabaret a un cantante competente, por lo que le habló a su coterráneo de Santiago de las Vegas, Israel García, pero éste no quiso dejar a nuestro conjunto Zombie y recomendó a Angelito (Ángel Junco), al director de la orquesta bailable, maestro Arias. Entrando por él en nuestro conjunto Jesús Navarro, de Guanabacoa, que junto a Israel y yo, fue la combinación más fuerte y melódica que tuvo el grupo desde su fundación.

Conjunto Zombie
En cuanto el bajista, comenzó Agustín Martínez y su hermano Juan (Jimagua de Agustín). Los dos hermanos fueron expulsados del conjunto por una indisciplina después de la primera fiesta bailable en la sociedad Curros Enríquez, en Santos Suarez N° 52 y Jesús Rabí, el sábado 27 de febrero de 1954, por contrato sindicalizado.
Después el bajista Agustín, dio disculpas. No así, su hermano jimagua el bongosero Juan. Por éste comenzó con nuestro conjunto también de bongosero, Emilio Sotolongo, el que estuvo bastante tiempo, hasta que renunció para emigrar, entrando por él, Nelsón Padrón “El Flaco Padrón”, hasta que este pasó al grupo de Felipe Dulzaides en el Hotel Nacional, pero también emigró a Estados Unidos, entrando por él Roberto Camacho de Santiago de las Vegas, amigo y recomendado por Israel García. Al emigrar también Camacho, entró por él Elio Orivio (Quico), recomendado también por Israel García y también de Santiago de las Vegas.
Del 1945 al 1952, formamos grupos musicales, amenizando fiestas particulares con distintos formatos (tríos, cuartetos, quintetos, combos y sextetos)
Cabe destacar, que de los fundadores, al final quedamos tres: Pepito Gutiérrez (delegado y tumbador), René Oliva (trompeta y guía), que cuando comenzó con el conjunto estaba estudiando medicina y al terminar su carrera y la especialidad (otorrinolaringólogo) se retiró de la música pues trabajaba en dos hospitales de La Habana. Yo mantuve el grupo hasta el final.
Al principio tuvimos un representante, amigo del padre de José Gutiérrez, nuestro tumbador y delegado, Mario Bolaños, que nos consiguió el contrato del Casino Deportivo y muchas fiestas más y simultáneamente comenzamos en dicho Club de Miramar, así como en el balneario de Hijas de Galicia, los primeros domingos de cada mes, los té bailables y todos los bailables del año; más fiestas de 15 y bodas.
Al principio tuvimos un representante, amigo del padre de José Gutiérrez, nuestro tumbador y delegado, Mario Bolaños, que nos consiguió el contrato del Casino Deportivo y muchas fiestas más y simultáneamente comenzamos en dicho Club de Miramar, así como en el balneario de Hijas de Galicia, los primeros domingos de cada mes, los té bailables y todos los bailables del año; más fiestas de 15 y bodas.
Así pasamos los dos primeros años: 1952 y 1953. Pero al comienzo de 1954 nos presentamos para competir con cuatro agrupaciones más por la plaza de la carroza de la Polar, para la que fuimos seleccionados y contratados. Repitiéndose el contrato por dos años más. Pero en el 1956 solamente llegamos hasta la provincia de Camagüey, ya que la mayoría de nuestro grupo tenía trabajo de día y no nos daban permiso para faltar más de dos días, así que continuamos con los bailables de la capital y sus alrededores, más programas de radio y televisión y teatros.
En 1954 o 1955, tuvimos el honor y la situación de acompañar en dos ocasiones a nuestra Celia Cruz, la guarachera de Cuba y del mundo, donde estrenó “Burundanga” y otros más.
En 1957 estuvimos todo ese año contratados por CMQ TV, canal 6, en el programa de José Antonio Alonso, donde acompañamos a varios cantantes, como Miguelito Valdez (Mr. Babalú), a Orlando Guerra (Cascarita) y muchos más.
En este 1957, fuimos contratados para amenizar los bailables del cabaret Habana 1900 de Dan Sima, en Humboldt y Vedado, alternando con el grupo Godinez. Tuve que reducir el conjunto de siete músicos: dos trompetas (Osuna y Robertico), piano (Homero Balboa), bajo (Oscar Hernández), cantante (Jesús Navarro), tumbador (José Gutiérrez) y bongo y coro (yo, Ángel Zamora).
Los cambios en el personal comenzaron casi del principio de 1952. El primer trompeta Rodolfo Suero, fue sustituido por Armando Zurbarán, que estuvo hasta 1956 en que lo sustituye Alfredo Sánchez Osuna. Gastón Delfín (segunda trompeta), sustituido por José Armando en noviembre de 1952 y a éste lo sustituyó Pedro Balsameda (Toto), antes del comienzo de los carnavales de 1954. Ya el pianista, Tomás Martínez Puebla, había sustituido a Manolo Albo antes de noviembre 1952. Ya en 1956 Nelson Padrón sustituyó a Emilio Sotolongo y a Padrón lo sustituyó Elio Orovio (Quico), siendo yo el último bongosero que tuvimos.
A principio de la revolución decidí apartarme de nuestro conjunto Zombie, ya que ninguno del grupo quiso hacerse cargo del mismo, pero yo no dejé la música y conseguí contrato en el cabaret San George de Jorge Hernández, en P y Humboldt, Vedado, con un pequeño grupo con Wisberto Reyes (Chino) en el piano, A. Miró en el bajo y yo en la percusión y cantando. A dicho lugar y aprovechando bien el espacio le inventaron simulando cuevas, poniéndole el nombre “el escondite de Hernandos”, el que inauguramos en diciembre de 1960, con Luis Mauri en el piano, Armando Hernández en el bajo y yo de batería y cantante. Como al año yo me enfermo de la garganta teniendo que ingresar en la clínica: Centro de Dependientes, por lo que localicé a mi vecino y amigo Ricardo Ferro, director de conjunto Rumbavana para que le avisara a Lino Borges, que era uno de sus cantantes, ya que él me dijo que su grupo no tenía muchas fiestas y si yo podía conseguirle algo a Lino. Así que me sustituyó y se quedó por mí, ya que yo tenía mi trabajo de día en la compañía de seguros y que empezando el nuevo gobierno se unió a cuatro compañías más.
Al año siguiente me embullaron y volví a reagrupar mi conjunto Zombie con Israel García cantando, Pepe Gutiérrez y yo en la percusión, cerrándose ese día la vida del conjunto Zombie.
Al dejar el casino deportivo y comenzar con la carroza de la Polar, todo fue de maravilla. Sobre todo económicamente. Después de los carnavales de nuestra capital, La Habana, y sus lugares más cercanos, hicimos el primer viaje largo de 12 horas en la ruta 80 hacia Hoguín (hoy es provincia, antes era municipio de la antigua provincia Oriente). El debut no pudo ser mejor. La acogida y la estancia por esos cuatro días (del 1° al 4 de abril de 1954) fueron muy estupendas e inolvidables.
Tan pronto nos hospedamos nos fue a saludar Leopoldo Ariza, propietario del cabaret Terraza (frente al parque Calixto García), para contratarnos para los bailables de dicho cabaret, donde alternamos con la orquesta de Mariano Mercerón (un gran músico y estupenda persona), de Santiago de Cuba. También con el conjunto de René del Mar, de Santiago de Cuba también.
Con dichos grupos musicales y en la terraza del cabaret, nos dieron un almuerzo – homenaje de despedida, para próximas contrataciones, pero no se pudieron realizar por la distancia y por la cantidad de trabajo que teníamos en la capital habanera y las limitaciones.
También en esos lindos días fuimos contratados por otro cabaret de esa bella ciudad: el Casanaa; al igual que en la Sociedad Unión, donde alternamos con los hermanos Aviles, una de las mejores orquestas de Cuba. También fuimos invitados por Arturo Gongora, uno de los propietarios de la CMKF (la voz del norte de oriente), para actuar en vivo y grabar en dicha estación de radio (yo conservo todavía esa grabación obsequiada por nuestro amigo Gongora). También nos retratamos en el estudio Cortina de esa querida ciudad, foto que después sirvió de propaganda de nuestro grupo, que hace poco mi hijo la puso en el internet y ha sido felicitado por ese gesto de recordación.
En el verano de ese mismo año en 1954, se creó la Asociación de Directores de Agrupaciones Musicales, celebrándose la toma de posesión de dicha directiva en el club San Carlos de Correa y Serrano en Santos Suárez. El acto fue amenizado por la banda de música de la marina de guerra con su director, el comandante Armando Romeu (padre), hermano del mago de las teclas, Antonio María Romeu (que ese día se encontraba sumamente grave – creo que ese día falleció).
La directiva estaba compuesta por Antonio Castro, de los Hermanos Castro; Pedro Vila, de la orquesta Riverside; Ninón Mondejar, de la orquesta América; Neno González, de la orquesta de su nombre; Luis Santí, director de su conjunto; Roberto Espí, director del conjunto Casino; Lorenzo Hierrezuelo, director de dúo los Compadres; Rivero, director de la orquesta armonía; y yo, Ángel Zamora, director del conjunto Zombie. También estaba Enrique Bryon, músico y compositor. Fue una reunión muy fraternal, pero no se le dio la verdadera importancia a dicha asociación y en sí murió al nacer (es mi conclusión y manera de pensar). Otro director que perteneció a la directiva fue Antonio Arcaño, de Arcaño y sus maravillas. Gran persona, gran músico y estupendo amigo. Fue un gran compositor e innovador al que hay que recordar para siempre.
Al comenzar el año 1955, me llamó Aurelio Hernández Zeledón, delegado de la carroza de la cervecería Polar para firmar el contrato de ese año y nos llevó al pueblo de Cotorro. Cerca de su casa y en una nave bastante grande se estaba haciendo la carroza de ese año. Fue gran sorpresa, ya que con el camión Chevrolet que servía todos los años para configurar la carroza, loque estaban logrando varios chapistas era algo extraordinario, ya que estaban convirtiendo dicho camión en un Cadillac convertible gigante, o sea un cola de pato gigante de ese año; por lo que fue llevado a todos los carnavales de Cuba después de terminar el carnaval de La Habana y fuimos agraciados con un premio especial del alcalde de la ciudad José Luis del Pozo y del Puerto: una copa gigante de oro (dorada). La fábrica de esa marca en Estados Unidos mandó para La Habana todos los niquelados con esas dimensiones. Cabe destacar que desde que comenzamos con la carroza de la Polar, siempre acompañamos a Carioca, un gran cantante cómico.
Después de los carnavales de la capital, se exhibió en los cines capitalinos y posiblemente en el interior, un documental de Producciones Borboya titulado “Carnaval en La Habana (1955)”, donde dicho documental comienza con la música de nuestro conjunto Zombie y en especial conmigo: tocando maracas y cantando (lo procuré y nunca pude conseguir dicho documental).
Ya al año siguiente (1956) hubo cambios. El primer trompeta, Armando Zurbarán, se nos fue, aceptando ser contratado por la orquesta de Ernesto Duarte; y el segundo trompeta, Osvaldo Muño, renunció, ya que fue contratado por Enrique Jorrín, ya que aumentó a su orquesta típica tres trompetas por un contrato en México. Pero por ellos dos entraron en nuestro conjunto Benito Llanes (de la salud) y Alfredo Sánchez (de regla). Finalizando el año 1955, renunció Emilio Sotolongo, ya que iba a emigrar, ocupando su puesto de bongosero Nelson Padrón (el flaco).
Ya en cuanto a la carroza de la Polar y solamente llegar hasta Camagüey, la Polar contrató al conjunto de Pancho Alonso. La mayoría de nuestro conjunto trabajábamos de día.
A principios del nuevo gobierno en Cuba, ya nos habíamos mudado de la casa de mis padres con mi esposa Dionila y mi hija, ya con 5 años. Rentamos una habitación en Aguiar 107 (altos) a dos cuadras de la compañía de seguros donde yo trabajaba y poder de noche como músico trabajar, ya que ese 17 de julio de 1958, nació nuestro primer varón (José Ángel). Nos volvimos a mudar para Tejadillo y Compostela y después para Oficios y Luz, segundo piso, donde con el nuevo gobierno se unificaron cinco compañías de seguros, entre ellas donde yo estaba trabajando, mudándonos para O’Relly y Aguacate (antiguo edificio la Metropolitana), y de allí por ser el mismo sindicato (bancos y seguros) pedí mi traslado para la agencia 4-10-50 del Banco Nacional en Mayía Rodríguez entre Aranguren y Amaoa, Víbora, ya que por tener dos hijos me concedieron un apartamento en Aranguren 120 altos, entre Mayía Rodríguez y Goicuria (a media cuadra de mi trabajo). Al aumentarse mi familia tuve que volver a trabajar como músico diariamente por las noches, por lo que fui por la rampa en la calle 23 en el Vedado (ya en los cabarets de esa zona me conocían), y en la Zorra y el Cuervo (uno de esos cabaret) necesitaban un percusionista que cantara, comenzando al día siguiente: domingo 22 de febrero de 1963.
Ya nuestra última hija (Ana Mercedes) había nacido, el 24 de septiembre 1962, ya estaba la madre (mi amor de siempre) en estado del último, Jorge Felipe, que nació el miércoles 31 de julio de 1963 (a diez meses).
Estando en dicho cabaret con el combo de Maíno (Orlando González), que me ayudó y me enseñó muchísimo para estar con su grupo, se nos presentó actuar en programas en el canal 6 con la vedet, cantante, bailarina, Maricusa Cabrera, con un combo originado por el pianista Mario Santana, con Orlando González en la batería, Luis Rodríguez de bajista y yo en la tumbadora; cantando los cuatro en el coro.
A finales de 1964, fueron a buscarme los integrantes del trío Turquino: Rolando Duarte, Raúl Felino Martínez e Isidro Correa; para que yo empezara con ellos en el Hotel Habana Libre (antes Hilton) como percusionista. Acepté, ya que no era lo mismo $4.36 diario (cabaret) que $8.72 (hotel). Y así comencé con ellos el 1° de enero de 1965. Primero en el salón Turquino (piso 25 del hotel), ya después en las Antillas del segundo piso, aunque siempre actuábamos en cualquier parte de dicho hotel según se necesitaba.
Yo lo que ganaba, sería mi sueldo histórico para mi retiro que fue en 1988. Yo seguía trabajando de día en el banco (4-10-50), como maquinista en el departamento de ahorro, pero dormía muy poco y estaba por debajo de mi peso habitual, por lo que tuve que renunciar al Banco Nacional y me quedé solo con el trabajo de la noche; ocasión que aproveché para matricularme en el conservatorio Ignacio Cervantes, para músicos profesionales en 5° entre 2 y 4, Vedado, Habana, donde matriculé en solfeo y teoría con la profesora Georgina Valdez Arnau; apreciación musical e historia de la música y percusión con mi amigo y gran percusionista Fausto García. Ya yo tenía algún conocimiento de la música, pues de niño estudié algo mi madrina, Estrella González.
El 1° de enero de 1967 nos situaron en el hotel Habana Riviera, en el salón elegante, con el trío convertido en combo al agregársele un integrante más, Luis Sosa Morales, como acordeonista y saxofonista. Yo de bongosero pasé a ser drumnista y las guitarras pasaron a ser eléctricas.
A finales de ese año me entusiasmé pues el combo que servía en Varadero necesitaba un baterista, por lo que me fui con mi esposa Nila a dicho lugar, pero tuvimos que regresar pues era tanto el frío de ese invierno que nos enfermamos los dos.
Ya después con el cierre de todos los cabarets quedé interrupto con el 60% de mi sueldo, al igual que casi todos los músicos del país en 1968.
Comenzando el año 1969, me sitúan en el teatro Covarrubia para ensayar una obra musical de ese teatro, que se llevaría a los campamentos militares por todo el país en la zafra (corte de caña) de los 10 millones. En 1969 al 1970 éramos un grupo pequeño de cuatro músicos para acompañar a las actrices y actores en dicha obra y el primer lugar fue en la Isla de Pivos, por 34 días. Ya de regreso a La Habana, continuamos la gira de pueblo en pueblo a los campamentos militares, pero en el poblado de Manguito, en la provincia de Matanzas, se rompió la escenografía por un fuerte ventarrón de madrugada y hubo que suspender el espectáculo por varios días; ocasión que aproveché para que mi hija mayor, María Elena, me hiciera llegar a la madre conmigo para estar juntos mientras arreglaban la escenografía del espectáculo. Pedí el permiso necesario al director para hospedarla conmigo en el hotel La Rosa en Varadero, donde estaba hospedado todo el personal del espectáculo.
La esperé en la terminal de buses de ese lugar con bastante impaciencia, ya que por primera vez viajaba sola después que nos casamos y aproveché para componerle una pieza musical (Viajera de mi sueño) y se la canté al llegar.
El que estaba al frente del show, Gerardo Fernández, que también era uno de los actores del mismo, la recibió con mucha alegría, invitándola a quedarse por el resto de la gira, pues al no tener una vestuarista, ella ayudaba a las actrices y todo terminó bien.
En el verano de 1970 y al terminar ese espectáculo, me citaron con Mario Oropeza, director y marimbista del grupo los Adarmes de música internacional, comenzando enseguida con dicho grupo en las Antillas del Habana Libre, donde estuve desde 1967. En ese grupo me volví a encontrar con “Tino” García en la batería (el mismo que llevé en 1950 a la orquesta de la española Regina Valero). El bajista era Idelfonso Pozo; guitarrista, René Gómez; cantante, Néstor Naranjo y yo en la tumbadoras. Con dicho grupo estuve hasta 1972, año en el que pasé a la orquesta Universal de catorce músicos, una jazz band muy completa, donde aprendí mucho con el percusionista principal Antonio Cortés Alfaro, sobrino de Xiomara Alfaro, una de las mejores voces que ha dado nuestra Cuba. En esa orquesta me desarrollé al máximo como músico y como compositor, ya que el 90% de la música bailable era de mi autoría, con arreglos del director y pianista Orestes Ponce (hijo). Entre él y yo creamos una producción latinoamericana, pero no pudimos estrenarla por razones ajenas a nuestra voluntad, pero continuamos realizando bailables y acompañando a muchas figuras populares de la farándula.
En ese año, 1972, el primer día de ensayo falleció mi madre y fue suspendido por respeto a mi persona. Con dicha orquesta volví a viajar por toda Cuba, que 20 años atrás había recorrido con mi conjunto Zombie.
Casi 8 años después me cansé de tanto viajar y quise estar más tiempo con mi esposa y mis cuatro hijos, por lo que cambié de agrupación y me volví a encontrar con Mario Oropeza que ya no tenía a los Adarmes, pues se había adjudicado al trío América en donde estuvo desde que ese trío comenzó y lo reorganizó con nuevo formato: él la marimba, Manuel López en el acordeón, Jorge López en guitarra y yo en toda la percusión. Comenzamos en el restaurant Habana en Prado y Virtudes, La Habana. Fue una etapa muy bella, con una música internacional muy linda, pero por discrepancia entre Manuel López y el director Mario Oropeza, Manuel López quedó fuera del grupo, entrando por él Roger Martín.
Estando Manuel López, el 26 de agosto de 1980, llegó la Comisión Nacional de Evaluación, evaluándonos con la clasificación A. Ya después Mario Oropeza renunció, ya que pasó al grupo Campesino Palmas y Cañas, por viajes que tenía ese grupo al exterior, quedándose el guitarrista Jorge López de director. Con los tres músicos que quedamos, fuimos transferidos al hotel Vedado desde 1981 hasta 1984. Ya habíamos contratado un nuevo integrante para tocar la marimba por Mario Oropeza, siendo éste Moisés Sosa.

Trío América con Norge Martín acordeón , Angel Zamora percusión y Jorge López guitarra .
1983
A mediados de ese 1984 fuimos transferidos a la villa turística de Bacuranao en playas del este de La Habana. Pero lamentablemente en diciembre de 1985, falleció de un infarto nuestro director, guitarrista y arreglista Jorge López. Para mí fue como un hijo. Lo sentí y lo lloré con tal, ya que solo tenía 37 años, lleno de vida y de ilusiones. Fue un golpe muy fuerte. Yo tuve que asumir la dirección del grupo. El acordeonista Roger Martín se trasladó y la empresa a la que yo pertenecía nos mandó un guitarrista no muy competente. Omar Proenza, director del cuarteto los Hispanos (de música española) para ir con ellos, pues el percusionista de ellos se había jubilado y me habló, no pensándolo mucho acepté, comenzando con dicho grupo en el 1986 y 1987, hasta que dicho grupo se disolvió por jubilarse dos de sus integrantes. Yo pasé con el cuarteto los Gitanos en el Centro Vasco del Vedado, comenzando en 1988, con el que estuve todo ese año.
Yo tenía ya ideas de emigrar, por lo que me acogí también al retiro ese año, viniendo a los Estados Unidos en el 1990 como residente legal y haciéndonos ciudadanos de este país el 20 de marzo de 2008.
El primer trompeta de nuestro conjunto Zombie y que ensayó bastante en los inicios, iba a ser de apellido Suárez, por lo que le decían Suarito, por ser algo bajito. También le decían Taruquito, ya que al igual que los fundadores, Manolito León y los Jimaguas, el bajista y el bongosero, era también del poblado de Jaruco; pero al ser contratado por la orquesta de Ernesto Duarte, no comenzó con nosotros. Al igual que Vitelio Cruz. Pero varias veces le hicieron la suplencia a nuestro primer trompeta: Rodolfo Suero, ya que era sargento y trompeta de la banda de música del estado mayor de las Fuerzas Armadas de Cuba. Por eso no aparece ninguno de los tres en las fotos de los fundadores. Ya posteriormente en otras fotos si aparece Suero y el sustituto de éste, Tony García, gran estudiante de guitarra clásica, y también al igual que los otros, una gran persona y excelente amigo.
Supe después que Vitelio Cruz (Vitelito) de Santiago de Las Velas, provincia Habana, había marchado a Estados Unidos (yo vi una foto de él con un grupo musical en una revista de La Habana) pero no le fue muy bien y regresó a Cuba, siendo contratado por el conjunto Jóvenes del Cayo, del que tuvo que irse por enfermarse de diabetes y le amputaron un pie falleciendo posteriormente, según me contó Elio Orovio, ya que eran del mismo poblado y muy amigos.
“Nuestro conjunto Zombie”
Biografía
- Y toda mi vida musical contada por Angel Zamora y su hijo Jorge Zamora
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